La culpa de todo es de las “Yoko Ono”

No importa cuántas antologías, libros aclaratorios y documentales se hagan al respecto. El pueblo sabe que la culpa de la separación de los Beatles la tiene Yoko Ono (no la tuvo, ¡LA TIENE!). Es como en el caso de los homicidios en Cd. Juárez; el pueblo sabe quiénes son los culpables. Pregunta a tu alrededor, los únicos que no saben quiénes son los homicidas son –casualmente- aquellos que los deben detener.

Este articulo no solo se basa en Yoko Ono, sino en todas las mujeres que han llevado a la ruina a una banda, o al menos lo han intentado (consciente o inconscientemente). Yoko únicamente tuvo la fortuna –para ella- y desgracia –para nosotros- de destruir a la mejor banda del planeta; de ser el detonador y así, pasar a la historia. Su arte, su obra y su vida con Lennon pasan a segundo plano. Por eso es la efigie, la líder del movimiento destructor del rock, la Guillermina Rico de los pleitos entre guitarristas y bateristas. Las Yoko destruyen bandas sin distinción de género, nivel de éxito, nacionalidad o calidad. Solo lo hacen, está en sus genes.

Si perteneces a una banda entiendes esto perfectamente; si no, tratare de advertirte para que detectes su comportamiento antes de que el daño sea IRREVERSIBLE. Eso sí, si tu banda apesta, todos deberíamos agradecerle entonces a tu Yoko el haber intervenido y así, evitarnos la pena ¿eh?

Todas las Yoko tienen su técnica individual, por eso son tan efectivas. Un ojo no entrenado puede dejarlas pasar hasta la cocina. A unas les funciona llorar, a otras les funciona el sexo, a otras el chantaje o combinaciones como desequilibrio emocional con ansias de trascender o amenazas de suicidio combinadas con un buen par de tetas. Se valen de todo: lagrimas, mini faldas, intrigas, el ego del vocalista; todo les sirve. Decía Thomas Harris (autor de “The Silence of the Lambs”) que “lo que para ti es una insignificancia, puede ser información crucial para un experto”. Bueno, las Yoko son EXPERTAS.

¿Qué las mueve?

Bueno, como ellas son fans, quieren ser su propia fuente de placer. Quieren trascender pero tomando atajos. Son como las trepadoras de oficina. Si no estás en un grupo de rock, al menos conoces a las trepadoras de oficina (una derivación de las Yoko); esas que se ríen de tus chistes hasta que se dan cuenta de que no eres el mero-mero jefe. O de las que se agachan casualmente para que les veas la tanga y luego te piden un favor acariciando tus cachetes. Y claro, aunque tú tengas 10 años trabajando en la empresa, la trepadora llega a la subgerencia en tres semanas solo con sus nalgas y su tercero de primaria. Pero volvamos a las Yokos.

Las Yoko quieren tener fans, quieren ser admiradas, quieren la Gerencia. Pero, al igual que las trepadoras, saben que hay atajos. Por eso escogen una banda y van probando; pronto detectan al más necesitado de cariño (técnica que también utilizan las sectas religiosas), o al más desubicado. Obtienen la gerencia al atraer al wey que a su vez es idolatrado por miles de lelos. ¡¿Para qué van a conquistar 68 mil personas, si pueden obtener su atención… paseando del brazo del requintista?! Sencillo, en lugar de luchar por un lugar ganado a pulso, por un respeto que solo se obtiene con trabajo y años… pues mejor follan con un miembro de la banda (o dos, o tres, ¿Qué chingados? ¡Aun siguen siendo menos de 68 mil!). No las confundas con groupies, ya que las groupies buscan el bienestar de la banda para que siga haciendo buenos discos (hasta con sexo oral para los secres). En cambios las Yokos buscan exclusivamente su propio bienestar o el de su novio, ya que indirectamente la fortuna del novio será su fortuna. Y si el músico en cuestión tiene frito el cerebro de tantas drogas, pues será más fácil para ella disponer de casas, carros, regalías, derechos de autor, hijos, etc.

¿Alguien ya está pensando en Yoko (Courtney) Love?

Todo empieza con una mirada, poco después vienen las preguntas de “El Manual de la Perfecta Yoko”. He aquí algunas:

a) Oye, mi amor, ¿no te gustaría hacer un disco solista?

b) Su esa es tu canción, porque todos cobran igual ¿eh? ¿tú crees que sea justo?

c) Corazón, ¿Por qué en su próximo disco no meten un sintetizador? Mi primo Gerardo estudio en la Yamaha.

d) Oye, ¿crees que yo le guste a tu vocalista?

e) ¿Te dije que tome algunas clases de guitarra?

f) Como que ya necesitan una manager ¿no? Para que ustedes se concentren solo en el disco.

La semilla de la intriga ha sido sembrada. Estas preguntas las hace, claro, después de darle sexo a su hombre, cuando está indefenso y la sangre se tiene que repartir entre su erección y su cerebro. Las Yokos lo saben. Por favor, que no les quede la menor duda; trato de ahorrarles tiempo, dinero, pleitos y horas de ensayo tiradas a la basura. Vean “This is Spinal Tap”, vean el documental de “Let it be”, vean “Sin & Nancy” o “Still Crazy” o “Kurt & Courtney” o “The Doors”; vean a los líderes de las bandas más rudas doblando las manitas ante la sexual, sumisa y complaciente Yoko. Pobre McCartney, diarrea le debe haber dado cuando Lennon le dijo: “Te tengo esta rolita Paul, se llama: ‘The Ballad of John & Yoko’”. ¡¡¡Su puta madre!!! ¿Y Linda? A webo… no paró hasta tocar los teclados en Wings. Ojala que pueda descansar en paz.

Otra característica es el descaro. ¡No les da pena! Ellas se han fijado una meta y no les importa el ridículo. Además, si algún miembro de la banda la descubre, automáticamente será satanizado y entonces comenzaran las preguntas de: “Oye mi amor, ¿Cómo que al baterista no le caigo bien, verdad… te has fijado como me voltea a ver?”

Los otros miembros de la banda no dicen nada por prudencia o por pena. También porque la Yoko le ha aconsejado al guitarrista hacerse el enojado se le pidan explicaciones. Pero es un error porque entonces dejan que el vapor se acumule como en una olla express y ¡bum! truena. Truenan y la Yoko sonríe como la niña de “El Exorcista” cuando mata al padre Merrin. Lo ha logrado. Rockstar se queda sin amigos y tendrá que recurrir solo a ella para iniciar un nuevo e innovador proyecto.

El buen Gato, bajista del combo rock-a-billy Los Gatos lo dijo hace unos años: “LAS NOVIAS SON ANTI-ROCK”. MUCHO CUIDADO.

Detéctenlas, frénenlas. No lo hagan por ustedes, háganlo por su amigo el guitarrista, el bajista o el baterista que después, hará ridículas presentaciones acompañando a la Yoko (a quien ahora le ha dado por fusionar la poesía con lo dark o las castañuelas con el corno francés). Si no las frenas, se quedaran con tus canciones. Si no las detectas a tiempo –como el cáncer- contaminara todo hasta el punto donde ya no hay retorno.

Mi más sentido pésame a los que permiten que la novia de uno de sus integrantes sea la manager, cante, haga coros u organice el club de fans. Mi honesta admiración a los que padecen a una Yoko y han logrado salir adelante. Este es un buen consejo: ¡Llévenle la contraria! Si tu Yoko te dice que eres talentoso y que tocaste muy bien… es momento de que ensayes más tiempo. Si tu Yoko quiere organizar una tocada… pon más cuidado en las finanzas del grupo, debe haber una fuga de varo que ella ya detecto. Úsala como el vecino usa a sus perritos: como alarmas. Si tu Yoko sugiere un teclado, mete más guitarras y más distorsión. Si te pide que canceles el ensayo para quedarte con ella, es hora de ir al cine con los miembros de tu banda; aunque no ensayen, solo para compartir una noche. Si tu Yoko habla mal de un miembro de la banda, lo más seguro es que le gusta más que tu.

Lo que empieza mal, acaba mal. Courtney es una drogadicta, Linda está muerta, Yoko vende macetas, Pamela se murió después de Morrison y ojo, SID VICIOUS ASESINO A NANCY “LA NAUSEABUNDA”. Por algo habrá sido. ¿Tú que vas a hacer con la tuya?

Por último, nunca están de más unos tips:

· Adiéstrala para que POR NINGUN MOTIVO opine durante los ensayos. Es muy molesto.

· Adiéstrala para que ni se le ocurra abrir la boca en las entrevistas. En el argot rockero, esto se conoce como: “amarra a tu perro, hijin”

· No le regales instrumentos musicales.

· Si ya estás en su poder es TU PROBLEMA, no hagas que los demás viajen con ella.

WARpig. R&R #2 pag. 15